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Prevalencia e Incidencia • Incidencia estimada de entre 1 en 100,000 y 1 en 170,000 nacimientos vivos. |
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Edad de inicio La edad de inicio de la MPS I varía según la gravedad del trastorno. Los síntomas pueden ser más sutiles y atribuidos erróneamente a otros trastornos más comunes, lo que retrasa el diagnóstico final hasta más adelante en la infancia o incluso en la edad adulta. |
La enfermedad MPS I presenta una amplia variabilidad clínica, y sus manifestaciones difieren tanto en gravedad como en edad de inicio. Los pacientes suelen presentar una constelación de signos y síntomas que afectan a varios órganos y sistemas.
Síntomas comunes incluyen:
• Anomalías esqueléticas, como deformidades de la columna, manos en garra, cráneo agrandado, deformidades vertebrales y disostosis múltiple.
• Rasgos faciales dismórficos: frente prominente, puente nasal plano, narinas antevertidas, labios agrandados, macroglosia y ojos separados y prominentes.
• Obstrucción de las vías respiratorias.
• Hepatoesplenomegalia.
• Opacidad corneal.
• Hernia inguinal.
• Síndrome del túnel carpiano.
• Retraso en el crecimiento.
Los pacientes también pueden experimentar infecciones recurrentes de oído y del tracto respiratorio, así como apnea del sueño. En casos graves, pueden desarrollarse síntomas neurológicos como retraso en el desarrollo, deterioro cognitivo y pérdida de audición durante el primer año de vida.
Estos pacientes graves también pueden desarrollar hidrocefalia y experimentar neurodegeneración progresiva.
Los ensayos de actividad enzimática, realizados en leucocitos, fibroblastos o plasma, pueden confirmar la deficiencia de la enzima α-L-iduronidasa y diagnosticar la enfermedad.
Las pruebas genéticas pueden detectar variantes en el gen IDUA, lo cual también puede ayudar a evaluar el fenotipo de la enfermedad en algunos casos, lo que es especialmente importante en lactantes y niños pequeños para definir el enfoque terapéutico.
La terapia de reemplazo enzimático (ERT) es el tratamiento de elección para abordar varias de las manifestaciones no neurológicas de la enfermedad de MPS I. Se ha demostrado que proporciona beneficios clínicos significativos, incluyendo mejora de la función pulmonar, mayor capacidad para caminar y reducción de la acumulación de glucosaminoglucanos en los órganos. Sin embargo, no es eficaz para tratar los aspectos neurodegenerativos de la enfermedad.
En pacientes graves diagnosticados antes de los 24 meses de edad con cognición preservada, el trasplante de células madre hematopoyéticas es el tratamiento de elección cuando está disponible. Este procedimiento debe ser realizado por un equipo multidisciplinario con experiencia.
Es importante destacar que los pacientes graves pueden beneficiarse de un período de ERT peri-trasplante, para mejorar algunas manifestaciones somáticas de la enfermedad y obtener mejores resultados con el trasplante. Generalmente, la ERT se mantiene hasta que se documenta el injerto.
La enfermedad de MPS I puede causar opacidad corneal, lo que puede resultar en ceguera si no se trata.
Referencias
1. Clarke LA. Mucopolysaccharidosis Type I. 2002 Oct 31 [Updated 2021 Feb 25]. In: Adam MP, Feldman J, Mirzaa GM, et al., editors. GeneReviews® [Internet]. Seattle (WA): University of Washington, Seattle; 1993-2023. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK1162/
2. GARD. Mucopolysaccharidosis Type 1. Genetic and Rare Diseases Infor¬mation Center, National Center for Advancing Translational Sciences https://rarediseases. info.nih.gov/diseases/10335/mucopolysaccharidosis-type-i (2016).

